Cuando el buen tiempo acompaña se añora tener una terraza. Peeero yo, aunque tengo unas vistas geniales al río, que resultan muy relajantes y tranquilas, y al mismo tiempo vivo en el centro, NO TENGO TERRAZA.
Tengo que decir que las terrazas pueden dar muchos quebraderos de cabeza, ya que en casa de mis papis hay una y lo estamos sufriendo, pero también son rinconcitos muy especiales. Y hablo de terrazas terrazas.
Y no sigo porque me pongo mala...
Desayunos al calor de los primeros rayos de sol del fin de semana.
Cafés en tardes no playeras.
Picoteos nocturnos con amigos.
Noches de semana bajo la luz de las estrellas, con una agradable conversación, antes de irse a dormir para una nueva jornada laboral.
Disfrutad de vuestra terraza aquellos que la tengáis.